La hora de comer y las pausas en el trabajo
Cuando entramos a trabajar en una nueva empresa, las preguntas habituales que hacemos a nuestro interlocutor suelen ser: en qué consistirá nuestro trabajo, cuál será nuestro puesto dentro del organigrama de la empresa, qué salario y complementos tendremos, si dispondremos de móvil o de coche de empresa, cuál será nuestra jornada de trabajo... Pero solemos olvidarnos de preguntar algo muy importante: ¿de cuánto tiempo disponemos para comer y de qué descansos podremos disfrutar durante la jornada de trabajo?
Lo normal es que la hora de comer y los descansos estén perfectamente regulados según la actividad que realizamos. No podemos dejar de trabajar cuando deseamos, sino que tenemos que atenernos a los horarios pactados en nuestro contrato laboral, que debe regirse por los convenios colectivos y legislación laboral. El descanso es un derecho del trabajador, que se encuentra regulado en el Estatuto de los Trabajadores, en la sección 5ª, artículos 34 a 38.
Si la duración de la jornada diaria continuada es superior a seis horas, es obligatorio según el Estatuto de los Trabajadores establecer un periodo de descanso de 15 minutos, al menos. Este periodo de descanso se considera tiempo de trabajo efectivo, cuando así esté establecido por convenio colectivo o contrato de trabajo.
Toda actividad laboral tiene unas características y genera, por ello, unas necesidades determinadas que influirán en el tiempo de descanso que requieren. No es lo mismo un trabajo que requiere actividad física, que el que se realiza en una oficina delante de un ordenador. Cada uno implica aspectos diversos a la hora de evaluar el grado de esfuerzo, y genera diferentes necesidades de descanso. Por ejemplo, en las actividades con un alto grado de peligrosidad o estrés, los descansos deben estar cuidadosamente establecidos.
Es importante, por tanto, que realicemos las pausas laborales que se determinen porque están directamente relacionadas con la efectividad que podemos tener en el desarrollo de nuestras funciones. Además, lo más saludable es aprovechar estos tiempos para alimentarnos y tomarnos un bocadillo, beber alguna infusión o comernos alguna pieza de fruta. Para mantener nuestro equilibrio energético es esencial no pasar muchas horas sin comer. Si lo hacemos, no solo baja nuestro rendimiento, porque nos sentimos más cansados, sino que, a larga, puede resultar perjudicial para nuestra salud.
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