Guía nutricional para personas en tratamiento oncológico: recomendaciones generales
A menudo, el tratamiento oncológico afecta al apetito, a la absorción de determinados nutrientes o incluso a la tolerancia de ciertos alimentos. En esta guía damos algunos consejos a las personas en tratamiento oncológico para paliar determinados síntomas:
14 recomendaciones para llevar una dieta saludable durante un tratamiento oncológico
El departamento de nutrición de Serunion avala las siguientes recomendaciones para llevar una alimentación sana y equilibrada durante un tratamiento oncológico:
- Reparte las comidas en cuatro o cinco tomas al día.
- Basa tu alimentación en frutas y verduras.
- Da prioridad a los cereales integrales frente a los refinados.
- Aumenta el consumo de alimentos probióticos.
- Incorpora dos raciones al día de proteína de alto valor biológico, como los huevos, el pescado o las legumbres.
- Asegúrate de aportar a tu organismo la energía que necesita (kcal).
- Consume lácteos enteros a diario.
- Mantén una correcta hidratación.
- Utiliza siempre aceite de oliva virgen.
- Prioriza las preparaciones sencillas y con poca grasa.
- No consumas alcohol ni alimentos con demasiados azúcares añadidos.
- Limita el consumo de grasas saturadas y sal.
- Come en compañía, siempre que puedas.
- Mantén una actitud positiva, ten paciencia.
- Huye de las dietas milagrosas.
Tratamientos oncológicos y alimentación
Después de recibir algunos tratamientos oncológicos, puede que sientas cansancio, que pierdas el apetito o que rechaces algunos alimentos que solían gustarte.
- Si te has sometido a una cirugía, necesitarás ingerir alimentos con más nutrientes. Tu organismo requiere de una cantidad extra de energía y proteínas para cicatrizar las heridas, prevenir infecciones y afrontar la fase de recuperación.
- El tratamiento con quimioterapia puede afectar a algunas células de la boca o las vías digestivas. Es frecuente que provoque pérdida de apetito, náuseas, vóitos, diarrea, astenia o el cambio de sabor de ciertos alimentos.
- La radioterapia puede causar cansancio y también disminución del apetito.
10 consejos para superar la falta de hambre
Para tener una buena recuperación es importante aportar al organismo la energía que necesita a través de la alimentación. Además, mantener una actitud positiva y tener paciencia te ayudará a tolerar mejor, poco a poco, los alimentos.
- Come cuando te apetezca. No hace falta que sigas unos horarios establecidos, aprovecha el momento del día que tengas más hambre.
- Come la cantidad que te apetezca en cada momento y tantas veces como veas que te entra el gusanillo.
- Intenta que las comidas sean muy nutritivas. Aprovecha los momentos que te apetezca comer para ingerir alimentos saludables y completos.
- Fíjate pequeñas metas a lo largo del día. Aunque no tengas apetito, puedes ir picando algo para acumular pequeñas cantidades de alimentos de alta densidad nutricional durante el día: yogur, frutos secos, batidos y zumos de frutas, avena...
- Trata de comer en un ambiente tranquilo y relajado.
- Cuida la presentación de los platos. Un plato atractivo a la vista normalmente hace que sintamos más ganas de comerlo.
- Bebe muchos líquidos: agua, infusiones, agua con gas, zumos naturales, smoothes...
- Incluye algún alimento proteico en la mayoría de las comidas: huevos, yogur, queso, frutos secos, carne, pescado o marisco.
- Si no tienes problemas de sequedad o llagas en la boca, consume snacks como frutos secos, cacahuetes o fruta desecada. Concentran una gran cantidad de energía y nutrientes esenciales.
- Ten siempre cerca alimentos fáciles de comer para ir picando: uvas, plátanos, mandarinas, cerezas, fresas, palomitas, bastoncitos de pan, frutos secos... Déjalos cerca de tu campo visual.
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