Todos los detalles sobre la nueva ley que regula el desperdicio de alimentos
En España se tiran a la basura anualmente 1.364 millones de kg de alimentos, unos 31 kg por persona. Con el proyecto de ley de prevención de las pérdidas y el desperdicio alimentario, el Gobierno reafirma su compromiso con el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de Naciones Unidas. Concretamente en el objetivo número 12.3 se recoge la aspiración de reducir a la mitad el desperdicio de alimentos per cápita en el mundo.
El desperdicio se produce tanto en la venta al por menor y entre los consumidores, como en la cadena de producción y suministro; puntos en los que quiere incidir la nueva ley. Por ello, se establecer un modelo de buenas prácticas desde el origen y los hábitos de consumo en los hogares y en la restauración.
Siguiendo un modelo ya existente en algunos países europeos como Francia o Italia, combatir el despilfarro es un imperativo ético que implica al conjunto de la sociedad.
Derivación de alimentos no vendidos
La ley de prevención de las pérdidas y el desperdicio alimentario quiere que todos los agentes de la cadena alimentaria cuenten con un plan de prevención para evitar el desperdicio. Este plan seguiría la siguiente jerarquía:
- Prioritariamente, los alimentos no consumidos o no vendidos tendrían que derivarse a personas necesitadas. Esto podrían ser donaciones a organizaciones sin ánimo de lucro o bien a bancos de alimentos. Por tanto, todo el tejido empresarial que trabaje con comida debería tener convenios con organizaciones de este tipo.
- En segundo lugar, los alimentos no vendidos podrían derivarse a ser transformados en zumos, mermelada u otros productos para nuestro consumo.
- En tercer lugar, los alimentos no vendidos pero que no estén en condiciones óptimas de consumo deberán utilizarse para la fabricación de piensos y subproductos de alimentación animal.
Productos con fecha de vencimiento próxima
Por otra parte, la ley quiere que los productos con fecha de consumo preferente vencida se presenten al consumidor antes de tirarse. Deberán tener un espacio dedicado, claramente diferenciados del resto de productos, con precios inferiores, o destinarse a la donación.
Hostelería y restauración
Los restaurantes deberán ofrecer a sus clientes la posibilidad de llevarse los restos que no consuman, en recipientes (a poder ser) reutilizables. Esto tendrá que estar informado de forma visible.
En la restauración colectiva deberá existir también un programa de prevención y reducción del desperdicio alimentario.
Productos feos o imperfectos
Los establecimientos de venta de alimentos al por menor deberán fomentar la compra de productos feos, imperfectos o poco estéticos que estén en condiciones óptimas de consumo. Estos negocios deberán incentivar la venta de alimentos de temporada, de proximidad, ecológicos y a granel.
Además, también se quiere incidir en mejorar la información sobre el aprovechamiento de los alimentos una vez ya no son aptos para el consumo.
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